sábado, 17 de septiembre de 2011

Capítulo 9

Capítulo 9

Abrí los ojos sin saber muy bien donde estaba. Me sentía mareado y me dolía la cabeza. Me di cuenta de que estaba en mi habitación, pero no sabía cómo había llegado ahí. Me levanté mareado, tanto, que caí de rodillas en cuanto me incorporé. Intenté ir a la cocina a comer para ver si se me pasaba.

¿Todo había sido un sueño? era todo tan real, como si de verdad hubiese ocurrido, como si ella fuera una asesina, ella fuera un vampiro. Pero, ¿y si no hubiese sido un sueño? ¿Cómo había llegado hasta mi cama? En ese momento no tenía explicación ninguna para lo sucedido, pero lo recordaba todo tan real… El miedo recorriendo mi cuerpo y paralizándome… Demasiado real para ser un sueño, demasiado incoherente para ser real.

Me toqué el brazo para rascarme, cuando me di cuenta de que tenía una pequeña herida en él. Una pequeña raja que ya estaba cerrada, pero aun dolía. No sabía cómo había llegado a cortarme ni cuándo. Parecía una pequeña herida, que podía haberme hecho mientras andaba por el bosque. Así que decidí seguir pensando en el sueño, o tal vez realidad.

Hacía varias horas que me había levantado. No sabía que más imaginar ni que pensar, así que salí de mi casa para ir a ver a Sam. Necesitaba la opinión de alguien más, alguien que me apoyase. Necesitaba contarle todo lo sucedido. Llegué rápidamente, sin siquiera darme cuenta.

Comencé a hablar y mis palabras salieron fluidas sin pausa. Le conté todo lo sucedido, desde que empecé a seguirla hasta que me desperté. El pareció entenderlo todo, apenas sin hablar, aunque parecía que me escuchaba de verdad. Pensó que todo sería un sueño, que lo mejor sería ir al sitio en el que había pasado todo. Que intentase hablar con ella y meditar las cosas detenidamente.

Decidí hacerle caso, que lo mejor sería ir al sitio donde estaba la casa de Tana, como me dijo Sam. Salí de la casa y comencé a andar. Caminé por el mismo camino que va hacia mi casa, pero una vez cerca, desvié el rumbo para llegar donde tenía que ir.

De día todo era diferente. El cielo no se veía, pero los reflejos de luz, penetraban entre las ramas de los árboles. Esos reflejos, permitían ver con claridad, pero no molestaba la luz sobre los ojos. Ahora podía verlo todo más claro, la pequeña casa de Tana a lo lejos y una carretera se veía más allá de los árboles. La casa, era toda hecha con madera vieja y gastada, con un tejado ligero pero resistente. Parecía que no había nadie, pero estaba seguro que ella aparecería. Siempre lo hacía.

Me acerqué más a la casa y cuando iba a tocar a la puerta, ella abrió.

-Hola-. Dijo con una sonrisa en su gesto.- Te estaba esperando-.

-¿Como sabías que vendría?-. Pregunté al ver su comportamiento.

-No lo sabía-. Dijo de forma triste, pero antes de decir algo más, sonrió.- Pero lo suponía-.

-¿Qué pasó ayer?-. Pregunté de forma inmediata.

Me miró extrañada y después preguntó.- ¿No lo recuerdas?-.

-Sí, si lo recuerdo, pero ¿cómo llegué a mi casa y por qué no recuerdo esa parte?-. Estaba empezando a ponerme nervioso, quería respuestas.

-Ya podemos estar juntos Letum-. Dijo mirando fijamente mis ojos.- Nada nos lo impide ya-.

Algo en su mirada me hacía estremecer, pero a la vez me atraía. No sabía a qué se refería, pero tenía que averiguarlo.

-No te entiendo. ¿A qué te refieres?-. Miré a Tana y después hice un gesto de incomprensión.

-Eres como yo-. Dio una carcajada y dijo-. Eres un vampiro-.

Me estremecí en el momento en el que dijo vampiro. Mi respiración comenzó a aumentar y mi corazón latía como si hubiese estado corriendo durante horas. Pensaba que me caería de rodillas en ese mismo momento, pero conseguí mantenerme en pié. La miré sin saber que decir, esperando algo mas, una explicación. ¿Cómo había hecho eso? ¿Cuándo?

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